Facilitadores bilingües: el faro en medio de la mar

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Es martes por la mañana y Sandra Acevedo-Harper camina por los pasillos de la escuela Annapolis High. Al igual que el resto de personal, saluda a los estudiantes que corren a abrazarla, ayuda a una estudiante de noveno grado a encontrar su aula y para a un estudiante de último año cuando ya ha sonado el último timbre para darle un pase por llegar tarde. Lo que hace que las interacciones de Sandra sean diferentes de las de los demás a su alrededor es que casi todas las conversaciones son en español. Sandra es una de las Facilitadoras Bilingües de Familias y Relaciones Comunitarias (facilitadora bilingüe) en la escuela Annapolis High, enlace entre la escuela y las familias internacionales.

 Superar la creciente brecha idiomática en el condado de Anne Arundel

Más allá del papel de intérprete o de traductor, la responsabilidad de los facilitadores bilingües es ayudar a que las familias que hablan lenguas minoritarias/internacionales se involucren en la educación de sus niños/as. Además de simultáneamente servir a estudiantes, familias y escuelas, los facilitadores bilingües se encuentran disponibles en cada escuela del condado de Anne Arundel para comunicar información entre maestros y estudiantes, compartir con los padres los recursos tanto de la escuela como de la comunidad y ofrecerse a las familia como aliados dentro de la escuela.

Sandra regresa a su oficina justo para contestar una llamada telefónica: “Buenos días, le habla la señora Acevedo-Harper ¿en qué le puedo ayudar?. Ella mueve la cabeza asintiendo mientras la persona que llama le cuenta que su hija, una estudiante con la que Sandra ya ha trabajado antes, está lista para regresar a la escuela después de estar en el hospital. Sandra le explica que la estudiante tiene derecho a recibir clases con un maestro que vaya a su casa o bien al hospital y Sandra escribe una nota para recordar que debe ponerse en contacto con la enfermería de la escuela y con los maestros/as de la estudiante; en ése momento una madre llama a la puerta. Ésa madre vino a la escuela con preguntas acerca de su hijo, y como habla español, la remitieron a Sandra para que la pudiera atender. Sandra saluda a la madre y busca la información del niño. Justo cuando empieza a revisar el expediente del estudiante, la consejera escolar llega al despacho de Sandra con una emergencia relacionada con una estudiante en la escuela. La estudiante, con quien Sandra ya ha trabajado con anterioridad, habla inglés pero se siente más cómoda hablando en su lengua nativa, el español. Sandra termina la reunión con la madre y se incorpora al equipo administrativo que trabaja con la estudiante.

Al igual que el resto de facilitadores bilingües, Sandra está acostumbrada a pasar rápidamente de una tarea a la otra. Tiene la suerte de trabajar en la escuela Annapolis High de manera exclusiva –ella es una de los dos facilitadores bilingües de AACPS que trabaja a tiempo completo en una única escuela—pero eso no hace que la cantidad de trabajo sea menor. La escuela tiene una de las mayores poblaciones de familias de habla hispana en el condado y tanto los padres como el personal de la escuela dependen para comunicarse, en gran medida, de Sandra y de Hilda Torres-Ramírez, la segunda facilitadora bilingüe de la escuela a media jornada.

OSPlogoA medida que el número de familias que no hablan inglés aumenta en el condado de Anne Arundel, el papel de los facilitadores bilingües quienes pertenecen a la Oficina de Asociaciones entre la Escuela y la Familia, es cada vez más importante para proporcionar acceso por igual a todos los estudiantes. Desde el año 2008, el número de estudiantes del idioma inglés (ELL, por sus siglas en inglés) en el condado se ha doblado y el número de familias que hablan idiomas minoritarios ha aumentado de manera significativa (las cuales puede que tengan un estudiante ELL o no pero que aun así pueden recibir el servicio de los facilitadores bilingües). No obstante, la cantidad de personal bilingüe en las escuelas permanece bajo, lo que dificulta la comunicación con las familias, incluso por lo que se refiere a información básica.

Con tal de ayudar a cerrar esta brecha, los 18 facilitadores bilingües de AACPS, quienes en conjunto hablan diez idiomas diferentes, dividen su tiempo entre 126 escuelas y centros especiales con tal de servir a más de 6,000 familias que hablan desde español a coreano a urdu. Cada facilitador bilingüe tiene una cartera de 430 estudiantes aproximadamente y la mayor parte de su tiempo se divide entre múltiples escuelas, en función de la población que habla un idioma minoritario en cada escuela. El promedio de escuelas que sirve cada facilitador bilingüe es de nueve pero en algunos casos pasa de 20 escuelas.

Debido a la escasez de profesorado y personal bilingüe en el condado, a los facilitadores bilingües a menudo se les requiere para contestar llamadas telefónicas, interpretar conferencias entre padres y maestros, traducir boletines informativos y recibir a padres que no hablan inglés cuando visitan las escuelas. No obstante, esto es solamente una parte del papel del facilitador bilingüe que va mucho más allá atendiendo a las familias.

Conectar a las familias con recursos dentro y fuera de la escuela

Al otro lado del condado, en la escuela Meade High, el facilitador bilingüe Tony Vasquez se encuentra en su despacho después de una mañana en la escuela Meade Middle. Saca una lista de estudiantes que acumulan múltiples ausencias durante este periodo de calificaciones y empieza a llamar a los tutores legales de los estudiantes. A simple vista parece una tarea simple pero Tony sabe que probablemente tardará dos o tres días en ponerse en contacto con todos. Más allá de las barreras idiomáticas, muchas familias internacionales viven en situaciones de pobreza, múltiples trabajos y no disponen de servicios telefónicos fiables. Lo que para muchos maestros significa una simple llamada a casa para hablar de las llegadas tarde a la escuela, puede resultar en varias horas para localizar el número de teléfono de un miembro de la familia quien pueda transmitir la información a los padres del niño/a. Es esencial el cultivar una relación de confianza con las familias con tal de superar estos retos.

De todas las escuelas en las que trabaja, a Tony le gusta especialmente su espacio de trabajo en la oficina principal en la escuela Meade High porque de esta manera le es más fácil ver a los visitantes que cada día llegan a la escuela. Tony recibe a diario estudiantes y familias que son nuevos en los Estados Unidos y que por lo tanto no tienen ninguna experiencia con el sistema educativo estadounidense. Los aspectos escolares que son familiares a la mayor parte de familias –como conferencias entre padres y maestros, horarios escolares o incluso clases de educación física- son completamente nuevos para los estudiantes y padres internacionales. Cuando llegan familias internacionales a las escuelas, los facilitadores bilingües como Tony dedican su tiempo a mostrarles el sistema escolar de primera mano. Juntos, hablan de cómo interpretar una libreta de calificaciones, cómo entender el sistema de evaluaciones de las escuelas y de cómo asegurarse de que sus niños/as cumplan todos los requisitos de graduación. Mediante este tiempo juntos, tanto los padres como los estudiantes llegan a ver que los facilitadores bilingües son una fuente de recursos en la escuela a quienes pueden acudir con cualquier pregunta.

Más allá de proporcionar apoyo dentro de la escuela, los facilitadores bilingües también ayudan a las familias a ponerse en contacto con recursos comunitarios tales como atención sanitaria, transporte y servicios de inmigración. A lo largo de estos 7 años como facilitador bilingüe, Tony ha realizado funciones de intérprete, consejero, defensor y de trabajador social. Ayuda a padres a rellenar solicitudes de trabajo y ha ayudado a estudiantes a reunir su documentación de ciudadanía para que pudieran tramitar su solicitud de ingreso a la universidad. En una ocasión, mientras hacía el seguimiento de las vacunas que le faltaban a un estudiante, descubrió que la familia no tenía camas en su apartamento. Se comunicó con la representante de servicios para alumnos (PPW, por sus siglas en inglés) y logró poner en contacto a la familia con recursos que les permitieron amueblar su casa. Gracias a su dedicación, al igual que la mayor parte de facilitadores bilingües, Tony se ha convertido en un apoyo esencial para las familias a las que presta servicio. En sus propias palabras, “convertirse en el faro en medio de la mar para dar esperanza [a las familias]”.

Este equilibrio entre educador y trabajador social es delicado y a menudo requiere habilidades que van más allá de la mera interpretación/traducción. Después de pasar un examen de lenguaje oral y escrito, los aspirantes a facilitadores bilingües deben analizar una serie de situaciones y explicar de qué manera responderían teniendo en cuenta el respeto a los límites entre familia, estudiantes y personal escolar. El equipo resultante de los facilitadores bilingües de AACPS está formado por una comunidad unida. Vienen de entornos diversos tanto a nivel cultural como a nivel de experiencias pero les une la intensa voluntad de servicio para que las familias inmigrantes encuentren su camino.

Fomentar las relaciones entre familias y comunidad

Es miércoles por la noche y en la biblioteca de la escuela Georgetown East Elementary se reúnen media docena de familias. Karen McDonough, la facilitadora bilingüe de la escuela, saluda a cada familia al entrar y les ofrece cena. Se trata de la Noche Latina, uno de los muchos eventos organizados por todo el condado para las familias que hablan idiomas minoritarios, en el que reciben información acerca de lo que está ocurriendo en la escuela y obtienen información acerca de recursos en la comunidad. Esta noche, el grupo se reunirá con un representante de la Compañía de Gas y Electricidad de Baltimore (BGE, por sus siglas en inglés) quien les explicará, en español, maneras de acceder a descuentos y de reducir su factura de la electricidad.

Estos eventos familiares son importantes, no solo por el hecho de distribuir información, sino también porque ayudan a que las familias se sientan bienvenidas en la escuela. Para muchas familias internacionales, involucrarse en la comunidad escolar requiere que se planteen la relación con la escuela de manera diferente. Al contrario de la cultura estadounidense que da la bienvenida a las familias dentro de las escuelas, muchas otras culturas desalientan la participación familiar en las aulas lo cual está considerado una falta de respeto hacia la escuela. Los facilitadores bilingües ayudan a que las familias se sientan bienvenidas en la escuela.

En la Noche Latina, Karen explica a los padres algunas estrategias para ayudar a sus estudiantes a hacer las tareas. Un padre pregunta que de qué manera cambiarán las tareas de su hija cuando pase de Pre-kindergarten a Kindergarten. Una madre sentada en la mesa de al lado dice que su propio hijo estaba en Kindergarten el año anterior; cuenta cómo son las tareas en Kindergarten y lo que esperan los maestros. Es emocionante ver que la respuesta llega de otra familia porque esto demuestra que el grupo va ganando confianza.

Ayudar a las familias para que desarrollen este tipo de confianza es el objetivo final de cada facilitador bilingüe. Cuando los padres se sienten seguros, pueden abogar por ellos mismos y por su comunidad. Cada niño/a y cada padre tiene derechos en la escuela y cuando los padres se sienten cómodos en la escuela, pueden defender estos derechos. De la misma manera que el programa de los facilitadores bilingües ha crecido en AAPS, también lo han hecho las oportunidades de dar voz a los padres internacionales. En este momento existe una Junta de Asesores de Padres y Comunidad Internacional con representantes de siete comunidades culturales distintas así como representantes de la Oficina de Equidad y Logro Estudiantil Acelerado y de la Comisión de Relaciones Humanas del condado. Además, existe Academia anual de Liderazgo para Padres y Comunidad Internacional (IPCLA, por sus siglas en inglés) la cual consiste en un programa que dura seis semanas con el objetivo de preparar a líderes entre los miembros internacionales de la comunidad. Ya se han graduado cinco promociones de padres, con el resultado de 66 líderes entre los padres internacionales. Al ganar voz dentro de la escuela, las familias internacionales ganan voz dentro de la comunidad también

Se espera que en los próximos años, el número de estudiantes ELL continúe creciendo dentro del condado de Anne Arundel. A medida que más familias internacionales hacen del condado de Anne Arundel su hogar, los facilitadores bilingües tienen el importante papel de recordar a los padres que no están solos. Siendo un enlace para las escuelas, recursos comunitarios y una cara amable con quien hablar, los facilitadores bilingües pueden proporcionar la ayudar que los padres necesitan para hallar su camino –siendo el faro que les puede guiar para sentirse en casa.